De los sentimientos que nos separan de los animales, la culpa es sin duda uno de los mas importantes y marca a fuego nuestra existencia como racional.
Así empieza mi ensayo sobre la culpa publicado hace poco tiempo en esta misma web, pero la hipocresía suele ser un ejercicio que muchas veces usamos justamente para liberarnos de esa culpa.
Debo partir de la conclusión que todos somos hipócritas, unos mas y otros menos, pero todos lo somos. Ser hipócrita sin duda, es la condición mas baja de la raza humana y como todos lo sabemos, es nuestra mayor hipocresía decir que no lo somos.
El desafío entonces, consiste en ser lo menor hipócrita posible, pero intentar no serlo, sería una utopía.
Está claro que reconocerse hipócrita puede ser duro, pero no reconocerse, nos hace mas hipócritas aún. Como apasionado del comportamiento humano lo primero que cautiva mi curiosidad es porque no podemos ser honestos, porque nos vemos forzados a ser hipócritas una y otra vez.
Partiendo de este punto, separo mi análisis en dos tipos de hipocresía. Una, la elegida y ejercitada en busca de un beneficio. La otra, es casi forzada porque el mundo no está preparado para la honestidad total.
El primer tipo es sin duda la mas condenable, aquel que sabe que está siendo hipócrita debería sentirse mala gente. En este aspecto debo decir que por el contrario la mayoría de los hipócritas ocultan sus bajezas.
De los campos mas habituales en los que nos movemos, el trabajo surge como uno de los mas invadidos por la hipocresía. Incluso, antes de ser seleccionado y durante la entrevista, surgen una seguidilla de hipocresías tanto nuestras como de nuestro entrevistador, que aunque ambos sepan de ellas, es como si no pudieran parar de aplicarlas.
-Que expectativas tiene de este trabajo?
-Busco estabilidad, progreso y remuneración acorde a responsabilidad. SIN FILTRO: Lo que buscan todos, que me paguen mucho, que no me echen y rascarme las bolas cada vez que pueda.
La hipocresía del que pregunta, es la pregunta en si misma. Que espera que le contesten? De que sirve esa pregunta?
-La empresa ofrece un ambiente agradable y de buen trato con posibilidades de progreso. SIN FILTRO: Si trabajás duro y no te equivocás mucho, está todo bien. Te presionan como en cualquier lado pero se puede manejar.
Acá la hipocresía es grande porque te tientan mencionando una obligación como si fuera un lujo laboral. Lo mínimo que se le debe dar a un empleado es un buen ambiente y un buen trato. Que otros no lo den, no hace a esta empresa mejor ni tentadora, sino sólo correcta.
En mis entrevistas laborales trabajando para una empresa de salud y con el afán de desarticular un poco las hipocresías habituales y buscando el verdadero perfil de mi entrevistado, he usado algunos artilugios de curioso resultado.
Todo se resume en tres preguntas.
-Si viene una persona de salud complicada a reclamar que se le cubra un transplante que legalmente corresponde pero que ella no lo sabe y que la empresa no quiere pagar. Yo como su jefe le ordeno: -Dígale que no le corresponde, que no está cubierta y que lo tiene que pagar.
Que haría usted?
Algunos, contestaron que intentarían convencerme tratando de hacerme entrar en razón, otros, que buscarían la forma de explicarle al paciente para que al menos se vaya conforme.
-Aunque corresponda le diría eso?
-Si, usted es mi jefe y debo obedecerlo.
Estimado lector: Usted que haría?
La segunda pregunta
-Dada la misma situación le ordeno: -Dígale que hay parte del costo que debe asumir él y cobréle un 30% que luego nos repartimos usted y yo.
Que haría usted?
Todos muy honestos dijeron que no aceptarían el dinero. Unos me lo daban y otros lo mandaban a hablar conmigo. Algunos preguntaron que pasaría si no obedecían y les dije que serían despedidos y dijeron que preferían ser despedidos. Muchos, la mayoría, no soportaron ver vulnerada su honestidad y renunciaban. Ninguno aceptó el dinero.
Estimado lector: Usted aceptaría la coima?
Tercera pregunta
Según sus respuestas anteriores, usted acaba de perder su trabajo por no aceptar una coima pero dejó morir un posible transplantado para conservarlo. A que se debe su razonamiento en estas dos situaciones?
-……!!!!!
Recibí las mas variadas respuestas de cada uno de los postulantes pero tomé una chica que dijo que dijo renunciaría y me denunciaría a la autoridad competente al momento de negarme a autorizar el transplante.
Ciertamente, creo que seguramente todos hubieran hecho lo que esta última pero fue la única que no se dejó invadir por la hipocresía de una entrevista laboral.
En un despido la hipocresía empieza con el nombre y le ponen desvinculación. En este caso quien debe despedir al empleado suele caer en las mas absurdas hipocresías diciendo, que las cosas no se dieron, que la empresa anda mal, que hay una reestructuración. Una cantidad de hipocresías muy distantes a la de decirte que ya no te necesitan o que algo de lo que hiciste no les gustó. Pero lo mas hipócrita lo llevan dentro cuando intentan convencerse que no les ha quedado otro remedio que despedir a ese empleado y que ellos hicieron todo lo posible. Siempre se puede hacer algo mas. Siempre.
En nuestra vida social, las hipocresías también están presentes todo el tiempo. Vamos a cumpleaños que no queremos ir, invitamos a gente que no queremos invitar, contestamos cosas que no queremos contestar.
Nos vemos invadidos a cada segundo por miles de situaciones en las que reaccionamos hipócritamente.
Una señora mayor, justo delante nuestro, tarda valiosos minutos en el cajero automático. Finalmente termina y a sabiendas que ha demorado y que su agilidad mental es escasa, nos pide perdón al retirarse.
-Perdón joven
-No hay problema señora.
SIN FILTRO: Al fin señora, tuve la sensación que envejecería como usted mientras esperaba que termine de usar el cajero.
Seguramente no es muy educado pero si es mucho mas honesto. Por otro lado aun suponiendo que contestáramos algo mas correcto pero mencionando su tardanza, seguramente la señora se habría molestado.
Pero si ella sabe que es lenta, porque no se lo puedo decir? Porque debo ser hipócrita y disimular mi disgusto?. Este es solo un ejemplo, alguna vez por ahí andamos relajados y con algo de tiempo y tiernamente esperamos sin molestarnos, pero no seamos hipócritas, son las menos.
En la política la hipocresía es religión. Es la política misma. Los políticos te dicen que quieren ganar porque tienen la vocación política de cambiar las cosas. Nadie te dice que es un trabajo muy bien pago o que les gusta el poder. Te anuncian una y otra vez cosas que no van a hacer y no les importa.
Que pasaría si en un discurso un político diría:
Voy a hacer las cosas lo mejor posible, me tienta la posibilidad de ganar y creo que puedo hacer las cosas bien. Obviamente se que voy a ganar mucha plata pero no es lo único que me interesa. Seguramente voy a hacer muchas cosas mal y con muchas de mis decisiones beneficiaré a unos y perjudicaré a otros. Intentaré se lo mas justo posible y beneficiar a todos por igual pero se que no siempre lo conseguiré. Tengo intereses como los tiene todo el mundo y son los que están en mi plataforma, asi que si me votan sepan que voy a defender esos intereses. A la oposición voy a tratar de dividirla y sacarle poder para hacer lo que yo quiero porque en un partido de futbol uno quiere ganar y en la política también. Porque habría de ser diferente?
Yo lo voto.
En el amor, la hipocresía es tan necesaria como el amor mismo. Si uno es honesto todo el tiempo la pareja dura un suspiro.
A ninguna mujer le gusta planchar, lavar, cocinar…
A ningún hombre le gusta ir al shooping o clavarse en lo de la suegra en vez de ir a la cancha.
Lo peor de estas hipocresías es que hasta somos hipócritas con nosotros mismos y nos creemos que nos gusta o que no preferimos otra cosa.
El hombre es un animal tan estúpido que a la cualidad de razonar y pensar, única entre todas las especies del planeta, la utiliza una y otra vez en contra de su propia naturaleza.
Mi esperanza radica en la teoría de creer que la hipocresía no es innata, sino que la transmitimos de generación en generación y los niños son una clara muestra de ello.
Un niño que no saluda a sus tíos no es un mal educado, es un niño que no los quiere, o que tiene cosas mas importantes que hacer y que aún no conoce la hipocresía de saludarlo sin ganas.
Un niño que no presta los juguetes puede ser egoísta, pero sabe lo que quiere y no es hipócrita.
Un niño que le dice pelado a un pelado, gordo a un gordo y negro a un negro es un niño honesto y deberíamos cuidarlo.
Tengo la suerte de ser bastante honesto y cada vez menos hipócrita. Ultimamente me he radicalizado y mis filtros son cada vez mas débiles. Pero no seré hipócrita y confieso que no lo hago para sentirme buena persona sino porque creo que lo que mis hijos merecen es un padre con la menor hipocresía posible. Nunca me entregué demasiado a las obligaciones hipócritas que nos rigen y ciertamente eso me ha traído a veces grandes dolores de cabeza. Hoy ya con un largo camino hecho puedo darme el lujo de no negociar con casi nadie y vivir como quiero. Siempre tranzo un poco porque si le digo a la vieja del almacén que me importa un zorete su ñieta y que me de la leche de una puta vez, no creo que vuelva a venderme.
Pero en casa lo blanco es blanco y lo negro es negro, la mierda es mierda y huele feo.
Estimado lector, en la intimidad de su casa mire a sus hijos a los ojos e imagine que contentarían en una entrevista laboral conmigo. Lo que ellos contesten es lo que usted habrá hecho de ellos y es la vara mas precisa que mide su propia hipocresía. Eso si, si no le gusta la respuesta puede ser todo lo hipócrita que quiera, probablemente nadie se cuenta.
Así empieza mi ensayo sobre la culpa publicado hace poco tiempo en esta misma web, pero la hipocresía suele ser un ejercicio que muchas veces usamos justamente para liberarnos de esa culpa.
Debo partir de la conclusión que todos somos hipócritas, unos mas y otros menos, pero todos lo somos. Ser hipócrita sin duda, es la condición mas baja de la raza humana y como todos lo sabemos, es nuestra mayor hipocresía decir que no lo somos.
El desafío entonces, consiste en ser lo menor hipócrita posible, pero intentar no serlo, sería una utopía.
Está claro que reconocerse hipócrita puede ser duro, pero no reconocerse, nos hace mas hipócritas aún. Como apasionado del comportamiento humano lo primero que cautiva mi curiosidad es porque no podemos ser honestos, porque nos vemos forzados a ser hipócritas una y otra vez.
Partiendo de este punto, separo mi análisis en dos tipos de hipocresía. Una, la elegida y ejercitada en busca de un beneficio. La otra, es casi forzada porque el mundo no está preparado para la honestidad total.
El primer tipo es sin duda la mas condenable, aquel que sabe que está siendo hipócrita debería sentirse mala gente. En este aspecto debo decir que por el contrario la mayoría de los hipócritas ocultan sus bajezas.
De los campos mas habituales en los que nos movemos, el trabajo surge como uno de los mas invadidos por la hipocresía. Incluso, antes de ser seleccionado y durante la entrevista, surgen una seguidilla de hipocresías tanto nuestras como de nuestro entrevistador, que aunque ambos sepan de ellas, es como si no pudieran parar de aplicarlas.
-Que expectativas tiene de este trabajo?
-Busco estabilidad, progreso y remuneración acorde a responsabilidad. SIN FILTRO: Lo que buscan todos, que me paguen mucho, que no me echen y rascarme las bolas cada vez que pueda.
La hipocresía del que pregunta, es la pregunta en si misma. Que espera que le contesten? De que sirve esa pregunta?
-La empresa ofrece un ambiente agradable y de buen trato con posibilidades de progreso. SIN FILTRO: Si trabajás duro y no te equivocás mucho, está todo bien. Te presionan como en cualquier lado pero se puede manejar.
Acá la hipocresía es grande porque te tientan mencionando una obligación como si fuera un lujo laboral. Lo mínimo que se le debe dar a un empleado es un buen ambiente y un buen trato. Que otros no lo den, no hace a esta empresa mejor ni tentadora, sino sólo correcta.
En mis entrevistas laborales trabajando para una empresa de salud y con el afán de desarticular un poco las hipocresías habituales y buscando el verdadero perfil de mi entrevistado, he usado algunos artilugios de curioso resultado.
Todo se resume en tres preguntas.
-Si viene una persona de salud complicada a reclamar que se le cubra un transplante que legalmente corresponde pero que ella no lo sabe y que la empresa no quiere pagar. Yo como su jefe le ordeno: -Dígale que no le corresponde, que no está cubierta y que lo tiene que pagar.
Que haría usted?
Algunos, contestaron que intentarían convencerme tratando de hacerme entrar en razón, otros, que buscarían la forma de explicarle al paciente para que al menos se vaya conforme.
-Aunque corresponda le diría eso?
-Si, usted es mi jefe y debo obedecerlo.
Estimado lector: Usted que haría?
La segunda pregunta
-Dada la misma situación le ordeno: -Dígale que hay parte del costo que debe asumir él y cobréle un 30% que luego nos repartimos usted y yo.
Que haría usted?
Todos muy honestos dijeron que no aceptarían el dinero. Unos me lo daban y otros lo mandaban a hablar conmigo. Algunos preguntaron que pasaría si no obedecían y les dije que serían despedidos y dijeron que preferían ser despedidos. Muchos, la mayoría, no soportaron ver vulnerada su honestidad y renunciaban. Ninguno aceptó el dinero.
Estimado lector: Usted aceptaría la coima?
Tercera pregunta
Según sus respuestas anteriores, usted acaba de perder su trabajo por no aceptar una coima pero dejó morir un posible transplantado para conservarlo. A que se debe su razonamiento en estas dos situaciones?
-……!!!!!
Recibí las mas variadas respuestas de cada uno de los postulantes pero tomé una chica que dijo que dijo renunciaría y me denunciaría a la autoridad competente al momento de negarme a autorizar el transplante.
Ciertamente, creo que seguramente todos hubieran hecho lo que esta última pero fue la única que no se dejó invadir por la hipocresía de una entrevista laboral.
En un despido la hipocresía empieza con el nombre y le ponen desvinculación. En este caso quien debe despedir al empleado suele caer en las mas absurdas hipocresías diciendo, que las cosas no se dieron, que la empresa anda mal, que hay una reestructuración. Una cantidad de hipocresías muy distantes a la de decirte que ya no te necesitan o que algo de lo que hiciste no les gustó. Pero lo mas hipócrita lo llevan dentro cuando intentan convencerse que no les ha quedado otro remedio que despedir a ese empleado y que ellos hicieron todo lo posible. Siempre se puede hacer algo mas. Siempre.
En nuestra vida social, las hipocresías también están presentes todo el tiempo. Vamos a cumpleaños que no queremos ir, invitamos a gente que no queremos invitar, contestamos cosas que no queremos contestar.
Nos vemos invadidos a cada segundo por miles de situaciones en las que reaccionamos hipócritamente.
Una señora mayor, justo delante nuestro, tarda valiosos minutos en el cajero automático. Finalmente termina y a sabiendas que ha demorado y que su agilidad mental es escasa, nos pide perdón al retirarse.
-Perdón joven
-No hay problema señora.
SIN FILTRO: Al fin señora, tuve la sensación que envejecería como usted mientras esperaba que termine de usar el cajero.
Seguramente no es muy educado pero si es mucho mas honesto. Por otro lado aun suponiendo que contestáramos algo mas correcto pero mencionando su tardanza, seguramente la señora se habría molestado.
Pero si ella sabe que es lenta, porque no se lo puedo decir? Porque debo ser hipócrita y disimular mi disgusto?. Este es solo un ejemplo, alguna vez por ahí andamos relajados y con algo de tiempo y tiernamente esperamos sin molestarnos, pero no seamos hipócritas, son las menos.
En la política la hipocresía es religión. Es la política misma. Los políticos te dicen que quieren ganar porque tienen la vocación política de cambiar las cosas. Nadie te dice que es un trabajo muy bien pago o que les gusta el poder. Te anuncian una y otra vez cosas que no van a hacer y no les importa.
Que pasaría si en un discurso un político diría:
Voy a hacer las cosas lo mejor posible, me tienta la posibilidad de ganar y creo que puedo hacer las cosas bien. Obviamente se que voy a ganar mucha plata pero no es lo único que me interesa. Seguramente voy a hacer muchas cosas mal y con muchas de mis decisiones beneficiaré a unos y perjudicaré a otros. Intentaré se lo mas justo posible y beneficiar a todos por igual pero se que no siempre lo conseguiré. Tengo intereses como los tiene todo el mundo y son los que están en mi plataforma, asi que si me votan sepan que voy a defender esos intereses. A la oposición voy a tratar de dividirla y sacarle poder para hacer lo que yo quiero porque en un partido de futbol uno quiere ganar y en la política también. Porque habría de ser diferente?
Yo lo voto.
En el amor, la hipocresía es tan necesaria como el amor mismo. Si uno es honesto todo el tiempo la pareja dura un suspiro.
A ninguna mujer le gusta planchar, lavar, cocinar…
A ningún hombre le gusta ir al shooping o clavarse en lo de la suegra en vez de ir a la cancha.
Lo peor de estas hipocresías es que hasta somos hipócritas con nosotros mismos y nos creemos que nos gusta o que no preferimos otra cosa.
El hombre es un animal tan estúpido que a la cualidad de razonar y pensar, única entre todas las especies del planeta, la utiliza una y otra vez en contra de su propia naturaleza.
Mi esperanza radica en la teoría de creer que la hipocresía no es innata, sino que la transmitimos de generación en generación y los niños son una clara muestra de ello.
Un niño que no saluda a sus tíos no es un mal educado, es un niño que no los quiere, o que tiene cosas mas importantes que hacer y que aún no conoce la hipocresía de saludarlo sin ganas.
Un niño que no presta los juguetes puede ser egoísta, pero sabe lo que quiere y no es hipócrita.
Un niño que le dice pelado a un pelado, gordo a un gordo y negro a un negro es un niño honesto y deberíamos cuidarlo.
Tengo la suerte de ser bastante honesto y cada vez menos hipócrita. Ultimamente me he radicalizado y mis filtros son cada vez mas débiles. Pero no seré hipócrita y confieso que no lo hago para sentirme buena persona sino porque creo que lo que mis hijos merecen es un padre con la menor hipocresía posible. Nunca me entregué demasiado a las obligaciones hipócritas que nos rigen y ciertamente eso me ha traído a veces grandes dolores de cabeza. Hoy ya con un largo camino hecho puedo darme el lujo de no negociar con casi nadie y vivir como quiero. Siempre tranzo un poco porque si le digo a la vieja del almacén que me importa un zorete su ñieta y que me de la leche de una puta vez, no creo que vuelva a venderme.
Pero en casa lo blanco es blanco y lo negro es negro, la mierda es mierda y huele feo.
Estimado lector, en la intimidad de su casa mire a sus hijos a los ojos e imagine que contentarían en una entrevista laboral conmigo. Lo que ellos contesten es lo que usted habrá hecho de ellos y es la vara mas precisa que mide su propia hipocresía. Eso si, si no le gusta la respuesta puede ser todo lo hipócrita que quiera, probablemente nadie se cuenta.