Cuenta la leyenda, que existe en el
barrio de Haedo, en los confines del partido de la Matanza, un contador de
asados. Al parecer, el mito habla de un tipo que hace largo tiempo comenzó a
contar sus asados. Como todo mito urbano está rodeado tanto de relatos reales,
como imaginarios y falaces. A los efectos de correr el velo sobre este
personaje hemos recogido diversos testimonios con el fin de intentar reconstruir
su personalidad, descubrir su identidad y confirmar o refutar su mitológica
destreza en el arte de asar.
Hay quienes dicen que es amigo de
actores y músicos famosos. Al parecer en sus redes sociales se lo puede ver acompañado
por figuras de renombre en aquellas codiciadas profesiones.
Un buen hombre de unos 70 años se
jactó de conocerlo muy bien.: "Es un tipo sigiloso, sale como si nada
de su casa y encara para la carnicería. Es el mejor cliente del carnicero, le
separa los cortes que sabe que él comprará..." Siguió su marcha sin aceptar
decirnos donde vive.
Otros dijeron estar seguros que
tiene una familia grande y numerosa que le permitió hacer asados para muchos
hijos y así ganar experiencia.
Una señora, juró haber estado en
uno de esos asados y dijo que no le pareció tan experto porque se cortó la mano
mientras desgrasaba un matambre de cerdo.
Una pareja de unos 30 años que
caminaba por la esquina de Concordia y Alegría declararon con aparente
conocimiento y razón que hace una entraña con queso y cebolla para chuparse los
dedos.
Hay quienes dicen que hasta se
emitió un documental para la televisión alemana hablando de este personaje.
Un joven de 27 años dijo que
escuchó hablar de él en un recital de Ciro y los persas y que su padre le contó
que su leyenda ya se escuchaba en los recitales de los Piojos.
No faltaron los que aseguraron
que sus destrezas en el fútbol son similares a las de la parrilla y confirmaron
que es fanático bostero.
El círculo de odontólogos de
Haedo publicó una solicitada en una revista local intimándolo a no hacer asados
tan tiernos dado que ello ha derivado en una clara disminución de consultas a
sus profesionales asociados.
Algunos aseguran haberlo visto
por la ruta ocho en horas muy tempranas.
Una señora mostró un mensaje de
texto de su hijo que dice haber sido mozo en un restaurant de Paris. El mensaje
relataba que una noche, mientras llegaba a cubrir su turno en el restaurant donde
trabaja había varios mozos parados al
lado de su mesa intentado entenderlo mientras contaba cómo se hace un gran
asado argentino.
Algunos estudiantes del Jorge
Newbery pidieron ser escuchados para contar que además tiene una pizarra. Al
parecer, dicha pizarra, no solo hace alusión al número de asado que entrará a
la parrilla sino que a dicho número lo acompaña una frase que en ocasiones
surge de su propio repertorio y en otras de extraños concursos en redes
sociales en las que pide colaboración para encontrar una adecuada. No hemos
podido dilucidar el método de elección de la misma pero intuimos que si no le
simpatiza consultar que cortes comprar, tampoco debe simpatizarle que le
sugieran que frase elegir. Entendemos, que el método de elección es totalmente
arbitrario y ajustado muy probablemente, a su humor diario.
Un señor muy mayor que paseaba un
labrador dijo estar seguro que su nieto era amigo del fulano y le contó que solo toma champagne para
acompañar sus festines.
En un maxi kiosco de la Avenida
Don Bosco uno de los cinco chicos sentados en la vereda tomando cerveza con los
ojos un poco inyectados se paró y exclamó casi a los gritos "yo
estuve en un asado de ese loco, un viejo se paró y pidió un aplauso pal asador,
el chabón estaba de espalda al viejo viste, estaba pinchando los chinchu o los
chori, no me acuerdo, tenía en una mano el tenedor y en la otra la cuchilla, se
giró, lo miró fijo a los ojos y de ahí de aonde estaba parado le tiró la
cuchilla y se la clavó en medio del pecho, ahí cayó el viejo nomas, lo patearon
para un costado y siguieron morfando. El loco nos miró a todos y dijo -No me
banco que pidan un aplauso para el asador, en este arte se aplaude a cualquiera..."
Tan grande es el mito del
Contador de Asados que los refutadores de leyendas de Flores se sintieron
obligados a abandonar extraordinariamente el barrio y partir hacia Haedo a
decir lo suyo y emitir un comunicado:
-No hay nadie capaz de hacer
miles de asados y menos aun de contarlos, esa destreza, no se condice con el
estilo despilfarrado y borrachín que debiera tener quien carga en sus hombros
tan noble proeza.
-Ponemos en duda la cantidad que
pretende revelar a partir de saber que es un tipo futbolero y es seguro que los
asados de visitante los cuente doble.
-Es imposible que ante tan
promocionada fama, ni Green Peace, ni los movimientos veganos hayan intervenido
para frenar tal masacre vacuna.
-Conocemos a su carnicero y
ciertamente no es todo lo millonario que debiera ser con un cliente como el que
se relata.
-Son conocidos sus andares de
juventud. Nadie con tanto desparpajo puede encarrilar su vida hacia una
actividad tan familiar.
Estimado lector, a esta altura no
estamos seguros de haber podido arrojar algo de luz sobre este misterioso personaje.
Nuestra investigación no nos permite llegar a concluirlo como sórdido o
ampuloso. Nos debatimos entre todos los testimonios recogidos y la escases de
pruebas no nos permiten desempantanarnos. Los últimos comentarios hacen
referencia a que hoy se celebra el asado 2000. De ser así, la pandemia actual
no permite un festejo multitudinario como el que seguramente se hubiera
realizado ante tan conmemorable evento. Imaginamos entonces un festejo íntimo,
rodeado de sus afectos más cercanos, una frase en la pizarra y la carne
lagrimeando en el la parrilla. Seguramente no será como lo soñó pero
seguramente todos los que estuvieron en alguno de los 2000 le harán llegar
algún saludo, algunos con un llamado, algunos por mensaje y otros por
comentarios en las redes. Quién sabe, alguno quizás, le escriba un cuento.