lunes, 1 de junio de 2020

El Contador de Asados


Cuenta la leyenda, que existe en el barrio de Haedo, en los confines del partido de la Matanza, un contador de asados. Al parecer, el mito habla de un tipo que hace largo tiempo comenzó a contar sus asados. Como todo mito urbano está rodeado tanto de relatos reales, como imaginarios y falaces. A los efectos de correr el velo sobre este personaje hemos recogido diversos testimonios con el fin de intentar reconstruir su personalidad, descubrir su identidad y confirmar o refutar su mitológica destreza en el arte de asar.
Hay quienes dicen que es amigo de actores y músicos famosos. Al parecer en sus redes sociales se lo puede ver acompañado por figuras de renombre en aquellas codiciadas profesiones.
Un buen hombre de unos 70 años se jactó de conocerlo muy bien.:  "Es un tipo sigiloso, sale como si nada de su casa y encara para la carnicería. Es el mejor cliente del carnicero, le separa los cortes que sabe que él comprará..." Siguió su marcha sin aceptar decirnos donde vive.
Otros dijeron estar seguros que tiene una familia grande y numerosa que le permitió hacer asados para muchos hijos y así ganar experiencia.
Una señora, juró haber estado en uno de esos asados y dijo que no le pareció tan experto porque se cortó la mano mientras desgrasaba un matambre de cerdo.
Una pareja de unos 30 años que caminaba por la esquina de Concordia y Alegría declararon con aparente conocimiento y razón que hace una entraña con queso y cebolla para chuparse los dedos.
Hay quienes dicen que hasta se emitió un documental para la televisión alemana hablando de este personaje.
Un joven de 27 años dijo que escuchó hablar de él en un recital de Ciro y los persas y que su padre le contó que su leyenda ya se escuchaba en los recitales de los Piojos.
No faltaron los que aseguraron que sus destrezas en el fútbol son similares a las de la parrilla y confirmaron que es fanático bostero.
El círculo de odontólogos de Haedo publicó una solicitada en una revista local intimándolo a no hacer asados tan tiernos dado que ello ha derivado en una clara disminución de consultas a sus profesionales asociados.
Algunos aseguran haberlo visto por la ruta ocho en horas muy tempranas.
Una señora mostró un mensaje de texto de su hijo que dice haber sido mozo en un restaurant de Paris. El mensaje relataba que una noche, mientras llegaba a cubrir su turno en el restaurant donde trabaja  había varios mozos parados al lado de su mesa intentado entenderlo mientras contaba cómo se hace un gran asado argentino.
Algunos estudiantes del Jorge Newbery pidieron ser escuchados para contar que además tiene una pizarra. Al parecer, dicha pizarra, no solo hace alusión al número de asado que entrará a la parrilla sino que a dicho número lo acompaña una frase que en ocasiones surge de su propio repertorio y en otras de extraños concursos en redes sociales en las que pide colaboración para encontrar una adecuada. No hemos podido dilucidar el método de elección de la misma pero intuimos que si no le simpatiza consultar que cortes comprar, tampoco debe simpatizarle que le sugieran que frase elegir. Entendemos, que el método de elección es totalmente arbitrario y ajustado muy probablemente, a su humor diario.
Un señor muy mayor que paseaba un labrador dijo estar seguro que su nieto era amigo del fulano y  le contó que solo toma champagne para acompañar sus festines.
En un maxi kiosco de la Avenida Don Bosco uno de los cinco chicos sentados en la vereda tomando cerveza con los ojos un poco inyectados se paró y exclamó casi a los gritos  "yo estuve en un asado de ese loco, un viejo se paró y pidió un aplauso pal asador, el chabón estaba de espalda al viejo viste, estaba pinchando los chinchu o los chori, no me acuerdo, tenía en una mano el tenedor y en la otra la cuchilla, se giró, lo miró fijo a los ojos y de ahí de aonde estaba parado le tiró la cuchilla y se la clavó en medio del pecho, ahí cayó el viejo nomas, lo patearon para un costado y siguieron morfando. El loco nos miró a todos y dijo -No me banco que pidan un aplauso para el asador, en este arte se aplaude a cualquiera..."

Tan grande es el mito del Contador de Asados que los refutadores de leyendas de Flores se sintieron obligados a abandonar extraordinariamente el barrio y partir hacia Haedo a decir lo suyo y emitir un comunicado:

-No hay nadie capaz de hacer miles de asados y menos aun de contarlos, esa destreza, no se condice con el estilo despilfarrado y borrachín que debiera tener quien carga en sus hombros tan noble proeza.

-Ponemos en duda la cantidad que pretende revelar a partir de saber que es un tipo futbolero y es seguro que los asados de visitante los cuente doble.

-Es imposible que ante tan promocionada fama, ni Green Peace, ni los movimientos veganos hayan intervenido para frenar tal masacre vacuna.

-Conocemos a su carnicero y ciertamente no es todo lo millonario que debiera ser con un cliente como el que se relata.

-Son conocidos sus andares de juventud. Nadie con tanto desparpajo puede encarrilar su vida hacia una actividad tan familiar.

Estimado lector, a esta altura no estamos seguros de haber podido arrojar algo de luz sobre este misterioso personaje. Nuestra investigación no nos permite llegar a concluirlo como sórdido o ampuloso. Nos debatimos entre todos los testimonios recogidos y la escases de pruebas no nos permiten desempantanarnos. Los últimos comentarios hacen referencia a que hoy se celebra el asado 2000. De ser así, la pandemia actual no permite un festejo multitudinario como el que seguramente se hubiera realizado ante tan conmemorable evento. Imaginamos entonces un festejo íntimo, rodeado de sus afectos más cercanos, una frase en la pizarra y la carne lagrimeando en el la parrilla. Seguramente no será como lo soñó pero seguramente todos los que estuvieron en alguno de los 2000 le harán llegar algún saludo, algunos con un llamado, algunos por mensaje y otros por comentarios en las redes. Quién sabe, alguno quizás, le escriba un cuento.



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