miércoles, 16 de diciembre de 2009

-El Cielo vs el Infierno (partido de ida)


Nadie en esta tierra desconoce las grandes diferencias entre el Cielo y el Infierno. Se sabe que la enemistad entre el Barba y el Colorado guarda rencores que ya llevan una eternidad.
Un buen día, cansados de esos miles de años peleando por reclutar almas hacia uno u otro lado, decidieron hacer un pacto. Dicho pacto, sólo sería aplicable en algunas situaciones y tendría como fin, reducir el universo de almas en disputa. Aquel sagrado e infernal acuerdo, contempla a su vez, la resignación de algunas almas cuyo comportamiento indique claramente la pertenencia al mundo celestial o infernal sin necesidad de dirimir diferencia alguna. Cito algunos ejemplos de ambos lados:
-Al cielo sin disputas: El viejo de avena Quaker, el abuelo de Heidi, Piñón Fijo, mi abuela Vicenta.
-Al infierno derecho viejo: Jack el destripador, Sadam Hussein o cualquier abogado que usted conozca.
Partiendo de este punto, descuento que la lucidez del lector le permitirá darse cuenta que la pelea por las almas está acotada a aquellas con dudosos dejos de tendencias hacia uno u otro lado. Esto causa, que a menos que se trate del alma perteneciente a un ser inundado de bondad o a un asesino en serie, se torne complejo y dificultoso decidir a quién de los dos le pertenece.
Recordemos un litigio de los mas conocidos en el paraíso. La Madre Teresa de Calcuta, comenzó su misión, luego que un buen día contemplara desde un transporte a cientos de personas que caminaban sin salvación. Al momento de dirimir diferencias, Dios presentaba todas sus obras de fe. El Diablo en cambio, asesorado por un estudio amigo, argumentó que el daño moral ocasionado al pasar frente a los necesitados y no hacer nada durante algún tiempo, por corto que este fuere, no podía tener un merecimiento menor que la confinación al mundo del fuego. Se dice que Dios engaño a Satán y pidió una probation, que con letra muy minúscula, decía “duración eterna”. La Madre Teresa salvó su pellejo y su alma, realizando las obras conocidas por todos.
Finalmente, cansados de estos encontronazos, decidieron resolver sus diferencias. Luego de un largo debate, coincidieron en que la mejor forma de terminar con estos pleitos, sería con un partido de fútbol. Obviamente, ambos querían ser locales y cada uno esgrimía sus razones. Dios argumentaba que en el cielo el festejo del gol tendría el doble de aplausos por espectador porque los ángeles aplaudían con las manos y con las alas a la vez. El Diablo rebatió su argumento y dijo que ellos tenían fuegos artificiales incomparables. Dios dijo que en el cielo no había riesgo de avalanchas porque las almas flotan. El Diablo que en el infierno el espectáculo deportivo estaba garantizado porque allí la pelota “no le quema a nadie...”.
Imposibilitados de llegar a un acuerdo propusieron un terreno neutro, la tierra. El Barba propuso la cancha de San Lorenzo y Satán la de Independiente. Ambos se negaron rotundamente a la propuesta del adversario. Luego de analizar opciones, llegaron a la conclusión que un partido en el estadio único de La Plata, llamaría mucho la atención de los seres vivos. Finalmente, decidieron hacer dos encuentros. Si. Con relatos de José María Muñoz y comentarios de Victor Brizuela, la final entre los mundos tendría partido de ida y vuelta.
No hubo pelea por la primer localía. Dios puso la otra mejilla y le cedió la localía al Diablo.
Fueron cuidadosos en la elección de los planteles:

Equipo celestial:
Arquero: Dios no arrancó muy bien su formación. Eligió a Cupido. El arcángel Gabriel le dijo:
     Sabe atajar Cupido?
     No se. Pero por lo menos es Arquero.
Linea de Fondo: Dios había decidido parar un 4-4-2 con libero y stoper. Como dupla central puso a los gemelos Willy y René Van Der Kerkhof. Famosos por integrar los planteles de la selección holandesa en los mundiales de Alemania 74 y Argentina 78. Los apodaban “las torres” por su altura y firmeza. Hasta el día del partido estaban vivos. Pero bueno, les llegó la convocatoria del Señor y ahí estaban. Mientras los velaban en cuerpo, jugarían el encuentro con alma pero sin vida. Mandela de 4, defendiendo los derechos y la punta derecha como muy pocos. De 3, Jose Luis Cucciuffo, porque lo conocí y era un tipazo.
Medio Campo: Al barba le gusta jugar con doble 5. Puso a Da Vinci para que sus pinceladas de talento se notaran en todo el campo de juego. El otro 5 fue Lennon, pues le gustaban los tipos influyentes. Por derecha, el huevo Toresani, por su caracter. Recordaba con agrado que una vez lo cito a pelear un tipo importante y el no arrugó. Por izquierda, Ayrton Senna, un zurdo rápido capaz de pasar a todos y con buenas intenciones. No dudaría en llegar al fondo y tirar el centro.
Delantera: Uno fue San Cayetano. Quienes estuvieron en la charla técnica dicen que le dijo “movete por todo el frente. Lo tuyo es darle mucho trabajo a los defensores, cansalos.” De media punta y a su vez de enganche, se puso él mismo. Obvio y evidente. Que otro podría llevar la 10 que no fuera Dios. Tomó la imagen y se hizo presente con la semejanza del mejor jugador que vió en la tierra. Se afeitó la barba, se tiñó de negro y se hizo rulos, se puso un par de aritos de diamante y en sus antebrazos tatuó el nombre de sus hijos: en el derecho Jesus y en el izquierdo Diego.

Equipo Infernal:
Arquero: A sabiendas que hacer un gol es como tocar el cielo con las manos, el Diablo se puso de arquero. Quería que el último intento en conquistar un alma estuviera en sus manos. Si algún integrante del equipo celestial llegaba con chances en un mano a mano frente a él, guardaba sus mas oscuras propuestas para hacerlo desistir de convertir el tanto.
Linea de Fondo: A diferencia de Dios, el Diablo eligió un esquema de 3-3-3. Para nada curioso fue ver que todos tenían en mismo número en la espalda. El esquema según los números se transformó en un 666-666-666. En el medio y como último hombre lo puso a Hitler. “Este no se entrega sino esta muerto” pensó, y a sus costados custodiando al alemán estaban el bebe de Rosamary y Emily Rose.
Medio Campo: En el centro, Leopoldo Fortunato Galtieri, para él la indicación era:
-Ocupá el medio campo cueste lo que cueste. Si vez que la gente te putea invadí el área como hiciste con Las Malvinas y trata de desviar la atención y ganarte al pueblo. Que no se den cuenta lo que estamos haciendo en el infierno.
Lo acompañaban Poncio Pilato y Mussolini. Al Diablo le gustaba ser fuerte en el medio. De esta forma, se aseguraba que para el equipo celestial, conseguir pasar el medio, sería sin duda una tortura.
Delantera: El negro Keku de Villa Peluffo iba por derecha. Rapidísmo y muy habilidoso, vivía en Buenos Aires desde los dos años y era formoseño. En el barrio había aprendido todas las malas. Murió una tarde de octubre rajando con un stereo recién choreado bajo el brazo a merced de una bala disparada por un rati que ya lo tenía bien junado. Se dice que el cana disparó 2 metros mas adelante de lo que lo tenía en la mira para no errarle. El enganche era Mark David Chapman, que si bien su cuerpo está en la tierra, el Diablo le compró el alma a cambio de matar a Lennon y por eso estaba ahí. El 9 lo tenía Bin Laden. La indicación fue que se moviera entre los gemelos y que al menor descuido los destrozara.
-Si para hacer un gol tenés que voltear a esas dos torres, no lo dudes. Le dijo el colorado.

El partido no fue bueno, muy friccionado en el medio y sin jugadas vistosas. A los 40 del segundo tiempo, el Diablo sacó mal y la pelota le quedó apenas atrás del medio campo al mismísimo Dios. La bajó como si pesara dos gramos. Algunos aseguran haber visto un par de pequeñas alas en la pelota como si flotara. Arrancó una corrida celestial y los pasó a casi todos. Galtieri lo quiso voltear y al hacerlo se le cayó un poco de wisky y dos hielos del vaso que tenia en la mano izquierda. Dejó de correrlo y prefirió tomar. Cuando llegó a Hitler forcejearon y al alemán se le cayeron los pantalones. No usaba calzones. La tribuna completa exclamó pasmada al ver que era circunciso. Siguió camino del gol y cuando le salía Satán, la frenó y le amagó, lo dejó arrodillado y gateando, un defensor llegó por atrás y trató de evitar que defina,  la tocó por un costado. Fue de esos goles que ante el eterno rival se recuerdan siempre. Golazo eterno y a cobrar!!!. En el cielo, miles de almas disfrutaban la victoria mientras imaginaban un infierno vacío. Satán era conocido como uno de los arqueros más grandes del mundo y nunca nadie lo había hecho gatear así. Quiso caminar y parecía un Pato desparramado en el barro.
Cuando terminó el partido, Afrodita, a quien el Diablo había prometido el alma de Brad Pit a cambio de un favor, tomó la mano de Dios y lo llevó al vestuario. Allí lo esperaban las autoridades de control. El doping dió positivo. Dios admitió su error y totalmente abrumado y sollozo dijo: “me cortaron las alas, yo me equivoqué y pagaré, pero la pelota no se mancha...”
El Diablo siempre mete la cola.

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